Ya hemos tratado antes los casos de Francia, Alemania y España, y también hemos hablado sobre Reino Unido e Irlanda. Podemos comentar algunos otros países y hacer algunas consideraciones generales.
En Italia, como en otros lugares, la implantación de la enseñanza mixta en las escuelas públicas italianas respondió inicialmente a criterios económicos. Cuando en 1962 se amplió la educación obligatoria hasta los 14 años de edad, el mandato de la enseñanza mixta fue una solución sencilla para acoger a un creciente número de estudiantes. Como en otros países, los ideales de la igualdad de género, impulsados posteriormente por el movimiento feminista de la década de setenta y siguientes, reforzaron la idea de educar a los sexos conjuntamente (Giuseppe Zanniello, “Maschi e femmine a scuola: Le differenze di genere in educazione”, 2007). Y aunque el Ministro de Educación en 2002 descartó la posibilidad de financiar con fondos públicos la educación diferenciada tanto pública como privada (Zenit, 22-06-2002), posteriormente el legislador aprobó en 2007 una directiva sobre igualdad entre hombres y mujeres que excluye expresamente la instrucción pública y privada de una lista de prohibiciones contra la discriminación por razón de sexo (Decreto Legislativo 6-11-2007 nº 196, en G.U. 9-11-2007 n.º 261), con lo que ha dejado despejado el camino de la financiación de la educación diferenciada.
En Polonia, en 1999 se llevó a cabo una profunda reforma del sistema educativo, en la que se cambió la estructura de los centros de enseñanza, los planes de estudio, el sistema de evaluación de los alumnos y los niveles mínimos que se exigían. Antes, en la etapa de dominación soviética, prácticamente todas las escuelas eran públicas y dirigidas por el gobierno, pero desde que el país recuperó su autonomía política fueron surgiendo nuevas escuelas, promovidas por instituciones muy diversas (Informe EURORAI). Desde 1992, el Estado contribuye en la financiación de los centros de enseñanza privados con una participación económica superior al 50% de los costes totales (este modelo ha sido implantado posteriormente también en países como Chequia, Eslovaquia, Lituania o Croacia). Esa reforma educativa, que incluye un eficiente sistema de evaluación externa, ha permitido situar a Polonia entre los mejores rendimientos en exámenes internacionales, sin aumentar la inversión. Además, es uno de los estados miembros de la UE con menos abandono escolar (del orden del 5 %, cfr. Kystyna Szumilas, 2013) y de los que mejor evolución ha presentado en PISA, pues ha pasado de 470 puntos en el año 2000, a 490 en 2003, 495 en 2006 y 518 en 2012. En 2006 el Ministerio manifestó su interés por crear centros que impartieran educación diferenciada por sexo dentro del sistema de centros públicos (EURYDICE, 2010, p. 87), y aunque finalmente no llegó a hacerse, sí han surgido un buen número de escuelas privadas diferenciadas que están teniendo unos excelentes resultados.
En Suecia, en julio de 2004, la parlamentaria Chris Heister, presidenta de la Comisión para el Estudio de la Educación, publicó un informe con el título: “Todos somos diferentes”. Este estudio considera como principal causa del fracaso escolar el empeño por despreciar las diferencias entre sexos. El informe finaliza recomendando clases diferenciadas, “porque no es lícito imponer conductas o modelos idénticos a ambos sexos” (María Calvo, 2013, pp. 191).
En Islandia y otros países nórdicos se ha extendido bastante el modelo escolar Hjalli, fundado por Margrét Pála Ólafsdóttir, con una educación basada en la igualdad, la positividad, la disciplina, el pensamiento creativo, las habilidades sociales y la formación individual. Las aulas son single-sex y su idea principal es liberar a los niños de los roles de género tradicionales y conductas estereotipadas de género, que a menudo se pueden amplificar en las clases mixtas. Han recibido el Premio a la Igualdad de Género propuesta por el Consejo de Igualdad y el Ministro de Igualdad, así como la Hina Islensku Fálkaorðu, el honor más alto en el país, concedido por el Presidente de Islandia por sus trabajos de innovación educativa. Hay que decir que Islandia suele ser habitualmente el nº 1 en el ranking mundial de igualdad de género elaborado por el Foro Económico Mundial.
Si consideramos el conjunto de Europa, hay que decir que la enseñanza mixta hoy está totalmente generalizada y es la norma habitual. Por ejemplo, en 2009, solo en siete países y regiones se podían encontrar centros públicos con educación diferenciada por sexo: 1 en Escocia, 7 en Gales, 25 en Malta, 77 en Irlanda del Norte, 120 en Irlanda y más de 400 en Inglaterra (EURYDICE, 2010, p. 85-88). En el caso de las escuelas privadas, los números son mucho mayores y las hay en casi todos los países europeos, ya sea financiados con fondos públicos o completamente independientes.
Alexander Wiseman señalaba en 2008 que la mayoría de los países tienen entre el 1 y el 2% de enseñanza diferenciada, pero bastantes están por encima del 10%: Singapur, Reino Unido, Irlanda, Hong Kong, Israel, Nueva Zelanda, Australia, Corea, etc. En 2014 Colombia tenía 473 escuelas diferenciadas (un 3,9% del total) y sus resultados mejoran de año en año en los ranking de mejores colegios del país. En 2016 Chile tenía 471 escuelas diferenciadas (el 4,14% del total), y diez años antes era el 7%.
Se puede seguir con bastante detalle la implantación de la educación diferenciada en muchos países del mundo acudiendo a la web de algunas de las asociaciones que agrupan una buena parte de esas escuelas: la Girls´Schools Association (GSA – UK, https://girlsschools.org/, que reúne unas 160 escuelas femeninas británicas), la National Coalition of Girls’ Schools (NCGS – US, www.ncgs.org, que agrupa 162 escuelas de chicas en USA), la International Boys´Schools Coalition (IBSC, https://www.theibsc.org/, con unas 300 escuelas de chicos de más de 20 países) o la European Association of Single-Sex Education (EASSE, https://www.easse.org/ con sede en Londres y más de 200 escuelas asociadas en toda Europa).
En general, puede decirse que la preferencia mayoritaria por la enseñanza mixta en todo el mundo occidental parece estar relacionada con la idea de igualdad de género y obedece a motivos culturales arraigados en la historia de cada nación. Por tanto, la cuestión de la educación diferenciada varía en cuanto a su capacidad para suscitar controversia, y da lugar a respuestas y alineaciones bastante diferentes según los lugares. Apenas suscita debate cuando son centros privados sin financiación pública, pero sí cuando la reciben. Por eso el debate se ha centrado en gran medida en si el Estado tiene que financiar los programas de enseñanza diferenciada en régimen de igualdad con el resto de las escuelas privadas.