Hay quienes dicen que el motivo por el que los colegios de enseñanza diferenciada obtienen buenos resultados es porque son escuelas elitistas.
Es una lástima que nunca aporten datos ni estudios que sustenten esa afirmación. Porque si se analiza un poco la implantación actual de la enseñanza diferenciada en el mundo, enseguida se ve que se trata de un modelo que no es de progresistas ni de conservadores, ni de izquierdas o derechas, ni de una religión o de otra… y tampoco de clases altas ni bajas.
Por ejemplo, en 2014 había en Madrid 16 centros concertados diferenciados, y 13 de ellos están en distritos o municipios cuyo nivel de renta es inferior a la media de Madrid. Si se cuentan también los centros no concertados, hay un total de 26 escuelas, y 14 de ellas están en zonas de renta inferior a la media.
En el resto de España, y fuera de España, la realidad no es muy diferente. Más adelante veremos que hay abundantes experiencias exitosas de centros de educación diferenciada en distritos de especial dificultad o dirigidos a minorías especialmente vulnerables.
Y en cuanto a mi experiencia personal, de once años como director del Colegio Tajamar (situado en el Puente de Vallecas, el distrito de menor renta de Madrid y uno de los distritos de mayor índice de delincuencia, absentismo y fracaso escolar), y también por lo que conozco de otros muchos colegios similares (por ejemplo, Altair en Sevilla, o de numerosas escuelas rurales single-sex), la experiencia es la misma que otros muchos casos en todo el mundo: los resultados académicos y de socialización de esas escuelas diferenciadas en contextos socioeconómicos menos favorecidos son notoriamente superiores a la media de su entorno.
Algunos, cuando ven los buenos resultados académicos de los centros de educación diferenciada, y ven que la explicación no está en que sean elitistas, dicen que esos colegios van bien porque están llevados por personas muy comprometidas, no por esas escuelas sean single-sex. Es indudable que los buenos resultados normalmente se deben a un conjunto de factores y no a un solo factor, pero no parece una objeción muy convincente, pues es evidente que en todos los países y en todos los modelos de enseñanza hay mucha gente muy comprometida, y no se puede obviar todo su esfuerzo frente al de los demás.