Es cada día más frecuente, en la consulta psiquiátrica, el número de pacientes que acuden por presentar un molestísimo, progresivo e invalidante cuadro de síntomas físicos y psíquicos que se manifiestan sobre todo fuera de casa, o de aquellas otros lugares o situaciones en los que la persona se suela también encontrar muy segura o acompañada.
Se trata de un trastorno que denominamos “Agorafobia con crisis de angustia, pánico agorafóbico o de otras maneras semejantes”. Y que se caracteriza porque el enfermo que lo padece – casi siempre enferma, pues suele haber tres o cuatro mujeres por cada varón con dicha patología – va adquiriendo un progresivo miedo fóbico a situaciones en las que le es dificultoso encontrar salida hacia sus habituales lugares seguros. Y así, acaban por evitar la asistencia a grandes almacenes, cines, iglesias, autobuses, banquetes,… o el paso por amplios espacios abiertos, túneles, puentes, autopistas, parajes deshabitados, etc. Hasta llegar a no poder salir solo de casa, por miedo a sufrir una “crisis de angustia”.
Dicha crisis se suele presentar de modo brusco, y se manifiesta con la agobiante presencia de palpitaciones, hormigueos, sofocos, ahogos, mareo, sudoración, tensión muscular y sensación de que se puede morir o volverse loco o perder el control de sí mismo. Esta crisis de angustia, que las primeras veces se presenta sin ningún motivo aparente, es la que poco a poco va previniendo al enfermo frente a las situaciones de menor seguridad ambiental, o de las que sería dificultoso o escandaloso escapar, y va conformando la fobia hacia ese tipo de espacios y situaciones.
Este trastorno, que se da en un 2 a 5% de la población, afecta de un modo predominante a mujeres jóvenes, entre los veinte y los cuarenta años de edad. No se diagnostica fácilmente, y por eso no se trata de un modo adecuado, produciendo muchos casos de falsa urgencia en los servicios de cardiología o medicina interna, sin que inicialmente nadie suponga que son trastornos de pura ansiedad.
El tratamiento farmacológico, acompañado de unas sencillas técnicas psicoterapéuticas conductuales, es muy eficaz, llegando a poner al enfermo en condiciones de hacer una vida activa normal y libre de angustias, en un periodo menor o mayor de tiempo.
Desde hace dos años, ha comenzado a existir una “Asociación para la Ayuda y la Divulgación de la Agorafobia”, ya que éste es un problema en aumento, que aún no es conocido en la mayoría de los ambientes, y que requiere que se le preste la debida atención en los medios informativos para que se pueda atender de modo precoz y adecuado. Y , desde que tuvo lugar el estreno de la película “Copycat”- en la que la protagonista aparece como afectada por esta patología – se comenzó a desarrollar una campaña de divulgación, de la que la “Sociedad Asturiana de Psiquiatría” también se está haciendo eco, con la organización de actos públicos y presencia en los medios de comunicación.