Durante el Sínodo de obispos de Roma, el cardenal de Cracovia, después Juan Pablo II, propuso a varios cardenales ir a esquiar al Terminillo.
—¿A esquiar? —Sí, claro. En Italia, ¿no esquían los cardenales? —Pues… francamente, no.
—En Polonia, en cambio, el 40% de los cardenales esquían.
—¿40%? Si en Polonia solo hay dos cardenales.
—Claro, pero no me negarán que Wyszynski vale por lo menos el 60%.