En el libro “La puerta de la esperanza” cuenta José Luis Olaizola la conversación entre Juan Antonio Vallejo-Nájera y Luis Miguel Dominguín, el primero de ellos con un diagnóstico de cáncer.
En un paseo a caballo el doctor Vallejo Nájera se dirige así a su interlocutor: —Luis Miguel, reza conmigo un Avemaría, aunque solo sea la segunda parte.
—Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores… que tú, Luis Miguel, lo eres de narices… ahora…
Luego le pide que no deje de rezar todas las noches ese Avemaría, cosa que promete hacer Dominguín.
Unas horas más tarde Dominguín telefoneaba a su amigo: “Juan Antonio, dile a tu Dios que yo le ofrezco mi vida por la tuya, y que ese es el primer favor que le pido”.