La Real Academia de Medicina ha declarado que se opone a cualquier tipo de clonación. Defiende que el embrión, desde su concepción, es una vida en desarrollo que debe ser protegida con una legislación internacional, según informa Diario Médico.
“La clonación terapéutica puede ser lícita en cuanto a que los fines son laudables (aliviar, curar al hombre enfermo), pero es inadmisible si comporta la destrucción de una vida anterior que es la del blastocisto, esto es, la del ovocito fecundado convertido en óvulo y, por tanto, en una vida incipiente que comienza a desarrollarse”. Esta es una de las conclusiones de una conferencia impartida por el académico Félix Peréz y Pérez, emérito de la Real Academia de Doctores y de la Real Academia de Medicina, que esta última ha adoptado como postura institucional, según ha explicado a DM Hipólito Durán, su presidente.
EN SUS JUSTOS TÉRMINOS Qué dice la Real Academia de Medicina 1. No a la destrucción de blastocistos (células madre embrionarias de fácil obtención), pues, en todo caso, supone la interrupción de la vida. ** Respeto absoluto a la vida humana desde que comienza -activación del genoma (primera célula diploide)- hasta la muerte.
2. Reconocimiento mediante legislación oportuna de los derechos del embrión.
3. Prohibición de la obtención de blastocistos en exceso para la reproducción por FIV-ET para tratamiento de esterilidad.
4. Destino digno para los embriones excedentes de la FIV-ET y promoción de su destino para la adopción de parejas estériles.
5. Prohibición absoluta para importar embriones con destino a la experimentación.
6. El ser humano no es algo, sino alguien. Su generación en el laboratorio va en todo caso en contra de nuestra dignidad…
El texto analiza el impacto social, ético y moral de la clonación embrionaria humana, cuyo fin terapéutico ha sido aprobado hace sólo unos días por el Reino Unido (ver DM del 1-III-02). El texto rechaza la validez del término preembrión y considera inadmisible la postura adoptada por Advanced Cell Technologies que calificó al blastocisto como un conjunto de células sin perspectivas de vida. Para la Academia, “hay que admitir con toda valentía que el blastocisto es ya una vida y su destrucción implica una ejecución (interrupción y, por tanto, aborto)”.
Al mismo nivel La Academia duda de los fines de la clonación terapéutica y de las garantías de éxito que actualmente pueda tener. Según el documento, “la vida es vida en sí misma y es tan importante la vida de los embriones incipientes como la de los sujetos que recibirán estas células después del sacrificio de aquéllos, con la duda -todavía sin resolver- de si estas células pueden prender con absoluta eficacia en el organismo receptor o por el contrario no se adaptarán”.
El texto recuerda que las células clonadas “no son generalizables, pues sirven exclusivamente para un tratamiento individualizado, es decir, para las enfermedades que padece el propio individuo del cual se han obtenido”. La Academia aclara que no hay que poner coto a los avances científicos y a la Biomedicina, pero “una cosa es el impulso de la investigación y otra la utilización de las técnicas que destruyen la vida y reducen los seres humanos a la condición de mera mercancía”.
Esta institución exige la “urgente reglamentación internacional de la investigación sobre el cultivo de células madre y respecto a los blastocistos existentes en los bancos respectivos, pues la investigación ofrece un enorme campo, pudiendo eludir la destrucción de seres vivos en desarrollo (blastocistos)”.
En cuanto al “preocupante destino de los blastocistos sobrantes de la FIV, un porvenir digno sería destinarlos, previa autorización de los padres, al tratamiento de mujeres estériles, pues su uso en la investigación es inadmisible”.
Visiones enfrentadas El anuncio del Reino Unido de admitir la clonación embrionaria humana con fines de investigación terapéutica ha reabierto un debate en Europa, incluida España. Santiago Grisolía, expresidente del Comité de Coordinación de la Unesco para el proyecto Genoma Humano, considera que la comunidad científica española es favorable, en términos generales, a la clonación de células embrionarias humanas con fines terapéuticos y estima necesario un debate sobre esta cuestión, según informa Europa Press. Tras reconocer que los científicos saben todavía muy poco sobre el proceso de división celular, Grisolía explica que el interés de los preembriones reside en que a partir de ellos es muy fácil conseguir células. Frente a esta opinión, Juan Ramón Lacadena, catedrático de Genética de la Universidad Complutense de Madrid, considera esta clonación como un paso previo a la reproductiva (ver DM del 1-III-02).
100 intelectuales piden penas para clonadores Por otra parte, según informa Europa Press, un centenar de médicos, científicos, abogados, farmacéuticos y docentes, entre otros, han firmado un manifiesto impulsado por Profesionales por la Ética para reclamar una reforma legislativa que permita establecer penas de prisión e inhabilitación la clonación de embriones humanos “en cualquier etapa de su desarrollo”.
Según los responsables de la iniciativa, así se permite la investigación con células madre procedentes del cordón umbilical, “favoreciendo con ello los avances hacia la clonación con fines terapéuticos”, mientras que “el dilema ético que supone el uso de células embrionarias, es decir, de futuros seres humanos, desaparece totalmente, ya que las células madre se pueden extraer de cualquier tejido humano sin necesidad de destruir embriones y sin ningún daño para el donante”.
Tomado de PUP, 5.III.02